martes, 12 de septiembre de 2023

La crisis política y social en Chile debe verse en términos históricos desde la clase, como un proceso dialéctico

De la Garrapata en la Webs

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Por: Nikolás Friedman

Si bien es cierto, las oligarquías han estado en guerra entre ellos por el control político y económico del país por alrededor de dos siglos, arrastrando a las masas y gobiernos a un abismo esquizofrénico, culpándose entre unos y otros. Los pueblos han sido observadores de esa lucha de clases entre la clase dominante o hegemónica, el voto o la soberanía popular se transforma en una suerte de dato estadístico porque los partidos políticos al fin y al cabo hacen lo que quieren en política y legislaturas (es más, hacen leyes y gobiernan para la clase dominante.

Esto ha significado que la corrupta y vendida clase política ha oscilado estos últimos 8 a 10 años con un porcentaje de apoyo ciudadano de entre 2% y un 4% y son precisamente el sector más execrable y rechazado por los ciudadanos, el que está precisamente elaborando una Constitución a espaldas de los pueblos. Ahora es cierto, el 62% de los ciudadanos votó por el Rechazo al proceso de elaboración de una nueva Constitución, pero el rechazo a la clase política llega al 96 o 98%.

Los pueblos, el mundo popular y la subcultura de la izquierda están fuertemente cruzadas por estos 50 años de pinochetismo neoliberal. En esto existe un vacío epistémico a la hora de narrar los hechos históricos, que nos han hecho caminar en círculos, por un lado una narrativa contada desde la contrarrevolución de los sectores oligárquicos y fascistas por otro una mirada mesiánica, autorreferencial que refleja la diáspora en el seno de la izquierda chilena aparejado o yuxtapuesta a esto, la crisis ideológica en el seno de la izquierda la tienen sumida en una profunda crisis de clase, como revolucionaria quien perdió el cable a tierra, así como no sabe cómo leer o interpretar la realidad de hoy (crisis de proyecto político, crisis de identidad, crisis de análisis mecánico de la realidad, y lo que es peor imposición política a las masas del quehacer, crisis que no tiene horizonte de terminar, una crisis política ideológica, que se arrastra desde 1891.

Todas las fuerzas revolucionarias, populares, sindicales, campesinas, de jóvenes, etc., de estos últimos 200 años, siempre se han comportado como detonantes sociales que terminan siendo el tren de cola de los proyectos políticos burgueses y oligárquicos. Así como la derecha oligárquica o grupos económicos (entiéndase grupos económicos a la élite empresarial) desde el siglo XIX a la fecha han controlado las exportaciones que sacaban a costa del hambre, la desnutrición, el abandono, las muertes por enfermedades curables, analfabetismo, miseria y explotación subhumana de los campesinos humillados, tratados ellos como sus familias como animales de corral.

Fue el capital trasnacional quien impulsó y modernizó el desarrollo industrial del país, no fue la oligarquía nacional, fue el capital transnacional quienes se apoderaron del control minero que entregaba ganancia de un 60%. Estos no metieron sus manos en el sector del agro que solo generaba ganancias efímeras de un 7%, sobre el capital fijo. Las transnacionales controlaban hábilmente el comercio exterior, ya en 1910 el capital transnacional controlaba el 70% de la economía estratégica chilena, es más controlaban el 70% de la banca.

Ahora los capitalistas nacionales o la mediocre oligarquía chilena que hasta estos días se enriquece con la especulación financiera jamás han creado un fuente de trabajo digna, estos no tenían ingresos, ni poder económico. Viendo un nicho o negocio mal habido se transforman en banqueros, que en esa época (un dato), el 80% de los senadores y el 60% de los diputados eran banqueros, por eso crearon los bancos ya que el salitre generaba oro, porque las importaciones e impuestos se pagaban en oro, y quien se quedó con el oro el Estado, pero recordemos que Chile no tenía Banco Central o Del Estado, en ese vacío económico los capitalistas nacionales vinculados al agro, crearon sus propios bancos en los cuales el Estado deposita el oro en la banca privada.

Balmaceda rompe y termina con ese monopolio inmoral o privatizaciones del oro del Estado chileno, creando el banco Del Estado eso significó que en dos meses la oligarquía nacional le dio un golpe de Estado a Balmaceda, creando un monopolio del dinero, monopolizando el crédito, llegando a tasas de interés de 160% al año. Con Portales, quien hizo una barbaridad de Estado, creando un ejército al servicio de la clase pudiente transformando al Estado en un engendro borroso, horroroso de clase, que termina en una crisis terminal que lo llevó a su muerte, Portales destruyó a sangre y fuego, asesinando a miles de productores y artesanos chilenos, que en el fondo eran los gremios productores.

La salvedad fue 1828, en periodo de casi un año, donde se elaboró una Constitución donde Santiago fue la única ciudad que no aprobó, derrotada armó un ejército mercenario pagado por la oligarquía nacional o comerciantes de la época, que termina destruyendo y disolviendo al ejército patriota, luego de la derrota de Lircay convocan una Convención Constitucional, donde no hubo nadie fuera de Santiago, los pocos de regiones, fueron nombrados a dedo, de los adherentes a la democracia no estuvo nadie, del mundo popular y los pueblos menos.

Si algo logró la figura y consecuencia revolucionaria de Salvador Allende es que logró la unidad de la izquierda en cierta medida, logró atraer vastos sectores centristas, al proyecto federado de la Unidad Popular, logró rescatar a vastas masas populares atrapadas en la ignorancia, socio-cultural y políticas sacándolos del engaño y la mentira de la falacia, capitalista-centroderechista (liberal). Allende. un reformista que trató de realizar cambios globales dentro del sistema, este fue derrocado y de paso el sistema republicano también fue destruido por el golpismo fascista.

Allende logró develar que la derecha se supera, se re-inventa, o derechamente ataca sus propios “principios políticos” según el periodo que vivan, ahí está el hecho que el Golpe de Estado no fue contra Allende fue contra las instituciones republicanas como tanto les gusta decir a la pequeña y gran burguesía, destruyendo la institucionalidad democrática, acabando con la democracia y el libre albedrío, es decir, el voto y la soberanía popular de los pueblos que los había superado en equilibrio estratégico y fuerza en las masas, es decir, ya no les servía el sistema republicano a la derecha para contener a las masas y mantener sus privilegios de clase, cerrando el Congreso, los medios de información, los partidos políticos, persiguiendo y eliminando a los opositores.

La crisis política y social en Chile debe verse en términos históricos desde la clase, como un proceso dialéctico que viene de las crisis y contradicciones por el poder en el desarrollo propio del capitalismo en Chile, que la derecha y sus acólitos niegan o esconden para retrotraer la historia.

El sistema o modelo político a partir de 1925 (una constitución antidemocrática, autoritaria, liberal, y antirrevolucionaria), estaba agotada, ya que no era revolucionario frente a los gobiernos de Frei y Allende, es decir, la crisis política era inevitable, la salvedad histórica fue el gobierno de Salvador Allende donde fue derrocado directamente por el imperialismo fascista estadounidense creándose una asimetría con los fascistas chilenos asegurándose una salida democrático burguesa. No olvidemos que en las últimas elecciones libres y democráticas la UP, logró más del 43% de la votación, es decir, la UP, avanzaba a pesar de todos los problemas y conspiraciones fascistas de las fracciones de las oligarquías. Por eso el Golpe de Estado en Chile, era inevitable.

La contrarrevolución pinochetista nos cruza hasta estos días, usó los procesos revolucionarios de Alessandri, Frei y Allende, es decir, Reforma Agraria (el término del inquilinaje), impulsada por el departamento de Estado estadunidense y el Papa a través de la Iglesia y la nacionalización del cobre (que terminó con los intereses norteamericanos en Chile), iconos de los gobiernos democráticos que la tiranía no tocó.

Usando estos avances sociales como aprovechamiento político social los pinochetistas hicieron propietarios a los campesinos (el individualismo), quienes venían de una propiedad colectiva o sindicalizados.

Una fuerza social que votaba como esclavos o inquilinos que fue anulado con la reforma agraria, eso significó que la derecha pierde influencia política sobre los campesinos o base social, de paso perdiendo fe y respeto en los valores republicanos y sus instituciones, gravitando al fascismo. Después de la Reforma agraria, hoy en el siglo XXI, del 2023 la propiedad de la tierra está en manos de empresas nacionales o grupos económicos, el 2,9% ocupan más del 55% de la propiedad o la superficie agrícola utilizable, es decir, la concentración agrícola es mayor que los años 40, 50, 60 del siglo XX, la diferencia es que no existe inquilinaje en ese 55%, por eso nadie habla de reforma agraria hoy, no hay votos en esas tierras, solo riqueza mal habida.

Todos los argumentos dados por la derecha y la democracia cristiana entregados para justificar el Golpe de Estado son falsos, hablan que el gobierno de Allende sería una dictadura Castrista, más cuando la figura de Allende se hacía fuerte en el seno del pueblo mucho antes de ese acontecimiento político histórico. No olvidemos que en las elecciones de 1958, contra Alessandri, este le ganó por pocos votos, la diferencia fue de (33.416), Alessandri obtuvo (389.909), mientras que Allende obtuvo (356.493 votos). Esto fue antes de la revolución cubana del 1 de enero de 1959, dándole un duro golpe a la hegemonía estadounidense en América Morena.

Ahora si fuese por eso, la figura de Allende implicaba un apoyo irrestricto al sistema burgués, parlamentario, republicano, es decir, Allende le servía más a los intereses del imperialismo estadounidense que a Fidel por las profundas diferencias estratégicas respecto a la vía al socialismo. Allende llega al poder a través del voto, Fidel por las armas destruyendo el Estado burgués, mientras que Allende lo mantendría.

Tanto la Unidad Popular en ese tiempo, como socialdemocracia hoy, siguen incurriendo en el mismo error o horror estratégico, de tratar de hacer cambios políticos dentro de la legalidad burguesa, hoy fascista usando el nombre de la clase trabajadora y el movimiento popular, cuando los pueblos y las masas los ven a todos “como clase política corrupta y asesina”, los rechazan. Desde 1990 a la fecha todos los regímenes neoliberales no han producido ningún cambio, es más gobiernan con los genocidas, negacionistas y fascistas. En consecuencia Boric surge de esa traición de clase, por eso es muy poco o nada lo que se puede esperar de él.

Es más, el objetivo estratégico de la Tiranía fue exterminar a la clase trabajadora, la fuerza revolucionaria de clase, la fuerza motriz de todos los cambios políticos globales, ya que la izquierda se apoyaba en ellos y cuando digo se apoyaban, es porque hoy no es así, la clase trabajadora no existe. Al darse el golpe de Estado (político-militar) y al asumir el control del Estado la Tiranía destruye las bases de sustentación de la izquierda, en la industria nacional, es decir, al destruir los modos de producción termina con la socialización de los medios de producción que de fondo es quien moldea a la clase obrera y le da pertenencia de clase, ahí está el ejemplo tácito cuando destruyen Ferrocarriles Del Estado, una de las empresas estratégicas más importante del mundo en el sector público que aglutina a cientos de miles de obreros.

No deja piedra sobre piedra al demoler la industria nacional, destruyó la base social de clase de la izquierda, los sindicatos, la Tiranía destruyó lo social, lo colectivo, el concepto del hombre nuevo, la lucha por el socialismo, anulando la pertenencia de clase que es reemplazada por el individualismo neoliberal y alienable que en resumen la quita la base social a la izquierda quedando en el abismo o limbo político autorreferencial, es decir, en chileno, lo que salga.

Porque la Tiranía entendió que son las masas las que hacen la historia, no grupos, ni partido quitándole la montaña a los revolucionarios, los fascistas leyeron y sistematizaron del aprendizaje político del Partido Demócrata Cristiano, una vez que se aplica la reforma agraria, miles y cientos de miles de campesinos empiezan a migrar del campo a las ciudades (perdiendo la base social la derecha), llenándose las ciudades de campamentos, cités, conventillos. La pobreza, el hambre la falta de trabajos eran el pan del día de esas masas hambrientas que fueron usadas hábilmente por la PDC con el bastón de hierro de la Iglesia (creando su base social), que en el fondo es el voto, recuerden que ellos decían que estarían 20 años en el poder, pero solo duraron 6 años o en palabras de Gabriel Salazar, “en realidad duraron 3 años”, ya que en la mitad de su gobierno la figura de Allende los estaba resquebrajando.

Y recuerden muy bien esto, de acuerdo a los abogados de la ex Vicaría de la Solidaridad, fueron torturados cerca de 600 mil chilenos, y no 22 mil como lo dice la narrativa burguesa, fascista. En consecuencia la cifra de detenidos y desaparecidos es mayor, las víctimas pasan de los 14 mil muertos, es decir, entre asesinados y desaparecidos. La izquierda de seguir arrastrando a los pueblos a su crisis jamás podremos construir nuestra historia desde abajo hacia arriba que no es otra cosa que la soberanía popular, un pueblo soberano que ha estado al margen de la historia por 200 años, gracias a los partidos políticos ya que los pueblos votan, no hacen leyes, no hacen gobierno, no hacen soberanía política, no construyen porvenir.

De la Editorial

 

 


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