50 años de pinochetismo, ahora van por 50 años más de neoliberalismo, domesticación de clase, ciudadanos pacificados, obedientes que sustenten el neofascismo, carajo…

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Por: Nikolás Friedman

Los dados están echados, los fascistas, los fascistas renovados y neofascistas, van ganando esta suerte de guerra de clases, mientras reformistas y neoliberales se disputan todos los espacios de poder, porque serán 50 años más de control político sobre los pueblos, sin que nadie pueda evitarlo, ni en las urnas, ni con armas. Sin duda, después del golpe de Estado de este 4/9 pasado, en la consulta del Apruebo o Rechazo, fue un golpe duro, psicológico, esencialmente (usando el terror y la mentira), las dos fracciones de la oligarquía y aliados varios, tienen el control de las mentes de los ciudadanos a través de los medios masivos de desinformación, la oligarquía, la clase dominante, la clase hegemónica quiere dar su último golpe de gracia a los sectores populares y revolucionarios para asegurarse y repito, otros 50 años más en el poder.

 La izquierda tradicional o reformistas, muchas de ellas, gravitaron a la Socialdemocracia, unos en los 90s (PC), y otros en el 2010 para adelante que dieron vida al (FA), la Socialdemocracia giró fuertemente al Neoliberalismo salvaje y depredador, luego de la crisis capitalista del petróleo 1973-1974, con su famosa consigna histórica de “economía de bienestar”. Cuya esencia está basada en la dependencia económica y la imposición política de clase en contra de los pueblos.

El imperialismo fascista estadounidense en crisis terminal está apostando todo su futuro por el retroceso democrático cultural en el mundo, las guerras asimétricas son el pan del día en casi todos los continentes no importa el nombre del enemigo, comanches, chinos o vietnamitas, (amarillos), comunistas, rusos, marrones o espaldas mojadas, árabes o musulmanes, negros, etc., lo importante para el Fascismo y su doctrina es tener un enemigo interno para mantener su orden global bajo la bota fascista del Neoliberalismo y la mal llamada Globalización, que no es otra cosa que la anulación de los Estados nacionales (con todo lo que eso significa).

El fascismo estadounidense enarbola las banderas de la democracia, el libre mercado, etc., pero solo es una quimera para así poder justificar sus agresiones, invasiones, la matanza en nombre de sus “valores salvajes”, y destruir aquellos que osan enfrentarlos, aquellos pueblos que quieren defender su forma de vida y proteger sus valores, la madre tierra, su idioma, historia, etc., los pueblos liberan en estos meses y años venideros una lucha por la humanidad basada en el hombre nuevo, de fracasar la lucha de los pueblos dignos los “valores”, fascistas de los anglosajones sustentados a sangre y fuego impondrán su forma de vida, es decir, ellos nos impondrán su religión, su democracia, su economía, lo que lees, lo que vistes, su idioma, su dinero, su “cultura” de muerte lenta, etc., pero son valores fascistas basados en el terrorismo globalizado con el genocidio de los pueblos, pero usando en los diferentes países a los yanaconas, seres despreciables e indignos.

Recuerden estas frases, solo están a la vuelta de la esquina de la historia, “estamos en guerra en contra del marxismo”, “este no duerme, es financiado por el comunismo internacional”, “el extremismo”, “los humanoides”, “son una clase de seres inhumanos que hay que destruir y desaparecer”, ¿y por qué me pregunto yo?, la respuesta la dieron los pueblos con la primera movilización seria de trabajadores en el país, esto fue en la séptima región con la Represa de Colbún o la gran mentira como el mundo popular se refería a ella, ya que solo era un hoyo el cual cada primavera se llena de agua, luego al llegar el verano se abren las compuertas de la Laguna del Maule y termina por llenarse el Lago Colbún, donde las familias de la oligarquías, empresarios, generales y cuanto uniformado fueron construyendo casas de veraneo

De esa huelga surgieron muchos dirigentes obreros, militantes de izquierda y rodriguistas destacados de la zona, muchos de ellos no pasaban de los 18 o 19 años, quienes organizaron la primera huelga con olor a clase, a pueblo, una rebelión obrera con objetivos políticos claros, profundamente anti-patronal, una huelga que fue destruida a hierro, por cierto. Eran años duros, pero eran felices, dignos, inmersos de un compromiso de clase. Porque se estaba organizando la lucha, se estaba construyendo un porvenir para todos.

Luego de ese periodo de despertar obrero y popular, una década más adelante aproximadamente vinieron los detonantes sociales, los estudiantes secundarios que en la década de los 80s, solo en Santiago, eran casi de un millón de jóvenes populares, humildes, dignos y diáfanos en todo sentido de la palabra. Trajeron la protesta social en contra del hambre, el frío, el andar con los zapatos rotos, un despertar, una lucha que reflejaba la precarización de los trabajos de sus padres, trabajos inseguros, de poca calidad, sin vacaciones, sin horas extras, sin salud, sin pensiones, bajos sueldos, etc., una lucha en contra de la mercantilización de la educación municipal, una educación para pobres y otra para ricos, (que dura hasta estos días).

La historia, el mundo popular jamás deberán olvidar a esos muchachos y muchachas, esos jóvenes que regaron con su sangre la dignidad de Chile o en palabras del padre de los revolucionarios hermanos Vergara, “los jóvenes son la fuerza, son la revolución”. Fueron los jóvenes, los detonantes sociales que despertaron a las masas entumecidas, doblegadas, atemorizadas, que llevaron esa dignidad y lucha a las poblaciones, luego de eso, la lucha llegó a cada territorio, a la organización de los trabajadores, la rearticulación de la clase obrera surgiendo una respuesta de clase a la miseria y al fascismo pinochetista y empresarial.

Luego de eso surgieron los movimientos y organizaciones políticas y políticas-militares en la izquierda consecuente, la lucha se transformó en la guerra de clase de los pueblos en contra de la guerra de clase de los ricos y sus fracciones de poder. Esta década gloriosa, de 1980 fue un periodo álgido en guerra de clases, una lucha dura, en cuál se perdieron valiosas vidas que en muchos de los casos son irrecuperables, podríamos llenar páginas y páginas de sus batallas de resistencias, de dignidad, de entrega, etc., pero también de felonías, apostasías, traiciones a la mala que marcaron a este periodo de lucha como de traiciones que venían de tus “mismos compañeros” de lucha, traiciones que fueron minando, doblegando la lucha, la moral y la disposición combativa, así surgió la deserción (de jefes, responsables políticos, esto se dio a todo nivel y en todas las organizaciones), con la conversión al enemigo de clase llegó la entrega, la delación (por un sueldo de sangre), el abandono, la prisión y la muerte.

Nuevamente, la clase obrera, precarizada, empobrecida, disminuida, fue la más golpeada de ese periodo álgido en la lucha y organización integral, porque fue una reorganización transversal de clase, es decir, política, social, cultural, obrera (con identidad de clase, es decir, una fuerza revolucionaria), con organizaciones políticos-militares funcionando, luchando paralelamente junto a los pueblos y la clase obrera. Luego llegó “la democracia”, según las dos fracciones de la oligarquía, con un programa de gobierno entregado por el Pentágono en 1990, subieron los sueldos a 24 mil pesos, pero a la vez traspasaron la deuda externa de los privados a todas las familias, las vitrinas virtuales se llenaron de arcoíris de consumismo, de alcohol, de marihuana o algo parecido a una revolución de las flores, pero a la chilena, con drogas, consumismo y mucho vino tinto.

Se escondieron los fierros (fusiles) por si las moscas, la capitulación y traición política a los ideales socialistas del hombre nuevo por parte del reformismo soviético prácticamente nos cayó encima con la perestroika (“reestructuración”) y glásnost (“apertura”) en su significado en ruso, en los hechos históricos solo fue una felonía, un giro a la derecha en la URSS dando paso a políticas choque y levantamiento popular frustrado que termina en una propaganda en la TV, eso fue mundial, el gran mentor, el convertido al capitalismo neoliberal, salvaje, Mijaíl Gorbachov, del derrumbe de los países mal llamados socialistas aparece con su nieta comiendo una pizza en una multinacional del imperialismo fascista estadounidense de comida rápida, Pizza Hut (quien cobro 1 millón de dólares) y para un icono de la burguesía mundial, Louis Vuitton. Vaya valores los de este tipo un espectáculo bizarro, degradante, como inmoral, un homenaje al capitalismo salvaje y depredador que estremeció hasta la medula de los huesos.

Luego de eso llegó la mal llamada globalización, el camino para el resto de países estaba trazado, la izquierda en el mundo se sacudió con fuerza, en América Morena y Chile, la lucha siguió, pero de aparatos (fuerzas armadas revolucionarias versus fuerzas armadas reaccionarias), solo unos pocos siguieron luchando, resistiendo, solo unos pocos lograron salir con vida, fue una lucha sin las masas, sin la clase obrera, ya que muchos líderes revolucionarios mesiánicos a esa altura del partido imponían sus criterios políticos, tendieron a reemplazar a los pueblos en lucha por la organización, terminando en una lucha autorreferencial a la organización, y por cierto al gurú de turno.

Algo muy parecido a la simetría entre los revolucionarios y reformistas contra revolucionarios, quienes reemplazaron a la clase obrera por el partido, cuando eran gobierno en los países socialistas, es decir, eran Estado y pueblo a la vez. Los PC cambiaron de forma, color, nombre, y lucha, abandonaron la boina verde, la estrella de cinco puntas, por el traje, la farándula, la vida fácil, el fusil fue reemplazado por el lápiz, es decir, el voto. Ahora era una lucha para obtener buenos trabajos y dinero, para eso había que obtener el poder en las urnas.

Así llegamos a la revuelta social, que sorprendió, por cierto, por la izquierda revolucionaria, solo hubo algunas expresiones aisladas, una suerte de levantar la bandera para decir síganme (síndrome de lucha autorreferencial al gurú), una revuelta de miles de demandas sociales, sin conducción (sin organización revolucionaria), sin dirección (sin clase trabajadora), una revuelta hormonal, de rabia contenida, sin izquierdas revolucionarias, una revuelta de un millón de cabezas, de un millón de que hacemos, para terminar votando por el delincuente que les guste.

Para quitarles la identidad de clase a los pueblos, que es su esencia social como revolucionaria, porque eso es, lo que los transforma en una fuerza motriz de los cambios, en una fuerza revolucionaria contra hegemónica, que es su identidad de clase que es reemplazada por una forma de vida consciente-consecuente, de ser digno, a luchar por la comodidad, un ser moderado, de bajo perfil, nada crítico, moldeado, domesticado, pacificado, obediente, sumiso. Recuerden que ahora no son trabajadores, son colaboradores bajo la lógica fascista y neoliberal. El filósofo Byung-Chul Han describe las nuevas técnicas de poder del capitalismo neoliberal, que dan acceso a la esfera de la psique, convirtiéndola en su mayor fuerza de producción, es decir, una fuerza obrera sin identidad de clase, es sin duda una fuerza asalariada esclavizada.

Con la psicopolítica describe Han, el sistema de dominación le roba a la clase obrera su esencia revolucionaria por los cambios que, en lugar de emplear el poder opresor (terrorismo de Estado), ahora utilizan el poder seductor, inteligente o quimera, que consigue que los hombres se sometan por sí mismos al maderamen de clase y dominación política.

Lo que es peor, el sujeto sometido o alienado no es consciente de su sometimiento, su esclavitud, la esencia de esta nueva fase de control de clase (psicopoder o jaulas de hierro por jaulas de oro), esto radica en que el ser, el individuo se cree libre, cuando en realidad es el sistema el que usando y explotando su libertad, su vida. La psicopolítica es la misma herramienta de control social que se emplean en las redes sociales, los medios masivos de desinformación, o una casa comercial, etc., estos se apoderan de tus datos, saben lo que lees, lo que comes, tu orientación sexual, la música, las películas, la fecha de nacimiento de tus hijos, padres, abuelos, etc., pero antes te leen y se sirven de tu alienación para venderte un producto, en el caso del psicopoder, para controlarte, pero tú entregas de forma afectuosa y voluntaria tu libertad y dignidad.

Esta herramienta de control social permitió el triunfo del Rechazo, luego del golpe de Estado comunicacional del 4/9, utilizando los medios masivos de desinformación, las encuestas, etc., usando el miedo patológico al cambio en la psiquis de las personas y así condicionarlas a un nivel prerreflexivo, que no es otra cosa que la modalidad de la conciencia a lo largo de la cual esta no se refleja a sí misma (un placebo sociocultural), pero existe de forma plena y positiva.

Un seudo sentimiento de libertad mezclado con una híper-comunicación que difunde el modelo neoliberal por los medios, convirtiendo al sujeto, al ser, en autocontrol y vigilancia en sí mismos, afianzando el círculo y logrando el objetivo del psicopoder. Arrastrando a la sociedad, a los pueblos en una auténtica crisis de valores, principios y por cierto de libertad, esta herramienta de control social podría detectar incluso patrones de comportamiento del inconsciente colectivo que otorgarían a la psicopolítica un control ilimitado sobre las masas.

Son millones de seres humanos que conforman nuestra patria, son pueblos en lucha, son pueblos con historias e idiomas propios, la clase dominante los hacen funcionar desde que despiertan en una falsedad, al despertarse en las mañanas, lo primero que hacen los individuos es tocar la pantalla de su celular, cuando aprietan el botón de poder del control remoto para ver la TV (la caja idiota), al sintonizar una radio o acercarse al teclado de un computador, caen en una quimera donde todos los medios de desinformación o comunicación-oficiales los manipulan.

El individuo se cree feliz con esos actos, pero está bajo el control psicopolítico-social a través de neurociencias donde los hacen creer que están en una sociedad democrática, que son libres e iguales en dignidad y derechos, que son creadores de sus destinos, y que solo depende de ellos mismos la prosperidad, el éxito o fracasos.

Entonces uno les responde y le dice a gritos, díganle eso a quienes perdieron, sus padres, hermanos, abuelos, tíos, amigos, parejas en la larga noche del fascismo pinochetista. En consecuencia, para los mecenas del modelo neoliberal, los pueblos no forman parte de la comunidad ideológica de “identitarios”, es decir, blancos, católicos-evangélicos y patriotas, quien no sea parte de su clase social, solo valen cómo sub humanos, una subespecie en las definiciones del fascismo, para ellos somos humanoides.

Las fuerzas en pugna, las contradicciones de clase, son y serán evidentes a horas de la elección de ese domingo 7, y la próxima en diciembre, lo contra hegemónico (los pueblos en lucha) en contra lo hegemónico (los amos de país), usarán toda forma de control social para lograr su objetivo de 50 años o más de lo mismo, tanto para las fuerzas reaccionarias y reformistas el sujeto, los pueblos son un preciado botín de clase, solo son y seguirán siendo carne de cañón, un mácelo aún a pesar de que tienen la fuerza en un lápiz para decir, basta de opresión de clase, pero votaran por sus verdugos, sus amos, su delincuente preferido.

De la Editorial