Boletín
Electrónico de la Garrapata en la WEBs:
Por: Níkolas
Friedman
LA
DISTORSION DEL MARXISMO PARA FRENAR LOS PROCESOS SOCIALES.
Cuando se
inicia el Proceso de Discusión Interna, (PDI), para superar la crisis política
militar que atravesaba al Rodriguismo (aún en el presente), con el cual se
pretendía promover y ayudar al proceso de discusión a través del estudio
integral de problema, es decir, tanto de la organización como de la realidad
del país. Esto se inicia originariamente como una decisión democrática
impulsado por el mando hasta las bases mismas del Rodriguismo, pero este, fue
descaradamente tergiversado, manipulado y mañosamente guiado reducido solo para
obtener el control de la organización, transformando al Rodriguismo, su lucha,
como existencia misma en una mera expresión seudo cultural, auto referencial y
redujeron la crisis (reduccionismo desviación política que centra la discusión
a una cosa especifica), es decir el componente militar. Es así como se elaboran
materiales de estudio para salir de la crisis, se recopilan un sinfín de
artículos (de muchos pensadores), se realizan análisis políticos,
territoriales, regionales y zonales, tanto de realidad social, cultural y
económica del país y de los chilenos, a su vez se integra la visión de la
militancia que trabaja, vive y lucha en el exterior, grupos de compañeros y
compañeras agrupados en colectivos que aportaban a la discusión de acuerdo a
sus realidades políticas como de seguridad.
A poco andar
surgieron contradicciones propias de la crisis y por cierto de las tendencias
políticas reformistas, desviadas de quienes tenían las riendas de la
organización en ese periodo histórico. Estas contradicciones se gestaron de
forma jerarquizada, es decir, parten de las 3 personas responsables de la
elaboración del documento a discutir, lo que significó que mañosamente
(Salvador), dejara botada la discusión por un año, mientras pololeaba con el
reformismo de la dirigencia del PCCH, encabezado en ese periodo por Gladys
Marín, ya que lo que pretendía Salvador era arrastrar al Frente al “trabajo
electoral” o algo así como a un PC chico. Eso significó un grave daño al Frente
como su militancia empantanada y atomizada, lo que provocó la expulsión de
Salvador del Frente en un activo nacional (por parte de los responsables
políticos de los Colectivos Rodriguistas (CR) organizados en el país
Esto dio
paso a que elementos pequeños burgueses de esa dirección provisoria (dirección
interna) no del activo nacional donde estaba el corazón del Rodriguismo y su
democracia, es decir, la soberanía popular de las decisiones políticas colectivas,
estos elementos pequeños burgueses, tomaron el control absoluto de la
organización, incurriendo y profundizando las mismas contradicciones y
desviaciones políticas ideológicas que son parte hasta estos días de la crisis,
es más luego de la expulsión de Salvador, en un encuentro para sancionar el
PDI, lograron que los CR, determinaran que la dirección exterior debía
subordinarse a la dirección interior, logrando de forma grosera, anti marxista
el control absoluto de la organización como de la militancia.
Acá surgen
los perfiles pequeño burgueses de esta gente que marcan a fuego la naturaleza
política anti leninista de estos personajes, que graficaran o marcan a fuego a
esta “dirección” (que no existe como tal) que marcó ese periodo oscuro en el
plano de las ideas en el marco de la lucha ideológica, así como la elaboración,
la creación política, esto es fundamental el hecho de arrastrar a la
organización a una suerte de legalización pública de los colectivos para anular
políticamente el trabajo militar reduciéndolo a un aparato, es decir, caen
nuevamente en las contradicciones que dieron vida a la autonomía del frente y
del rodriguismo mismo, que diera vida al PDI (que era el medio para salir de la
crisis), y por ende lo que le dio muerte a la Guerra Patriótica Nacional (GPN),
de hecho cuando se sanciona por todos los colectivos Rodriguistas el PDI, a
través de decisiones políticas colectivas hasta llegar a los activos
nacionales, los cuales fueron sancionando los documentos a discutir, tomando
decisiones políticas como orgánicas, es más, las normas rodriguistas
(estatutos) fueron elaboradas por todos los responsables políticos
rodriguistas.
A la hora de
desarrollar el tema militar nadie de los colectivos rodriguistas pudo meter
mano, esgrimiendo esta “dirección provisoria” (Tapia), “que por razones de
seguridad se vería de forma paralela”, solo dando un enunciado general, o sea
los colectivos rodriguistas no eran capaces de ver, analizar y aportar a la
elaboración militar, pero si, a las otras cosas del “qué hacer” de una
organización. Es más en 1999, gracias a esta “dirección entreguista, traidora”,
el Departamento de Estado https://2001-2009.state.gov/s/ct/rls/rpt/fto/2682.htm
, saco de la lista de organizaciones terroristas al FPMR (porque había dejado
de operar), para esta “dirección fue un honor”, que los yankys los declaren no
enemigos, mientras las mismas contradicciones que dieron vida al frente siguen
vigentes, es más se han agudizado.
Esto habla
de una desnaturalización clara y contundente de un principio básico del
Rodriguismo y no estoy hablando de la LINEA política, la GPN, sino de una
desviación, tergiversación ideológica del Rodriguismo en sí, que no es otra
cosa que una expresión política o reflejo del marxismo leninismo en la acción o
la práctica misma, esto fue la guinda de la torta que marcó la represión
política ideológica para obtener el control y la desviación política del Frente
hacia la derecha. Esta “dirección” utilizó, manipulo, a los colectivos
rodriguistas para desviar, minar la discusión política, marginar y expulsar a
rodriguistas que no se domesticaron, como a los históricos, usando rodriguistas
con militancia posterior a 1996, es más
en algunos casos, no tenía más de un año de militancia política, con efímera base
política(parejas, familia, etc.), como cero formación militar, deformando al
militante de una suerte de compañerismo a “amiguismo”, llegando al “parejismo”,
a la entrega de recursos financieros “dirigidos”, solo para controlar, sobre
todo a los rodriguistas clandestinos y los rodriguistas revolucionarios más
duros.
Otro aspecto
de este perfil, fue que en el Frente, después de haberse dado de baja la GPN, y
después de iniciarse y consolidarse el PDI, en la única región donde existía
trabajo regional, era en la Séptima Región, con colectivos claros, con trabajo
social y político territorial, etc., en los diferentes territorios, con
direcciones hasta una dirección intermedia, es decir, una dirección regional
que representaba por los menos las tres ciudades capitales de la séptima
región. Que en ninguna otra zona del país aún a pesar de tener esas
características, Tapia y Ulises, no permitió las direcciones intermedias, que
de una u otra forma son la expresión política orgánica leninista de
organización natural (Centralismo Democrático), para un desarrollo integral, de
una organización revolucionaria, es decir, el cuello de botella hacia la
militancia y su control político, así como la base de una verdadera dirección
nacional.
¿Por qué se
elabora un documento de forma mecánica como obtusa que “exprese la realidad” de
la organización y del país para salir de la crisis política-militar, cuando la
crisis del Rodriguismo, está y tiene su génesis en el reformismo estalinista
(en la deformación política) manifestado en ese entonces en las dos direcciones
(interna - externa) en sí, ¿Qué realmente trataban de buscar u ocultar estos
elementos de las direcciones, que la militancia rodriguista no sabía o sabia a
medias. El tiempo como la historia decide todo, ¿Existía?, una burda ansiedad
por el poder o la verdadera génesis de esta gente era acceder al control de los
recursos financieros (tal cual como lo denunciara públicamente el comandante
Ramiro, cuando habla de los “dineros perdidos”).
Terminar
reemplazando a la GPN con una nueva “concepción política”, es decir, cambiar
mecánicamente la línea política elaborada por años de estudio por el comandante
Raúl Pellegrín, la Guerra Patriótica Nacional (GPN, basada en un estudio
sociológico y antropológico de la realidad nacional, como de la militancia) por
la elaboración política que diera vida al PDI, basado en una cartilla al estilo
reformista estalinista, un dossier pre elaborado, guiado, encaminado para la
represión ideológica de la disidencia política para resguardar los intereses
personales (a estas alturas del partido esto es de clase), de quienes lo
impulsaban, que solo pudo ser reflejado, develado en el último momento de la
discusión y no en el proceso mismo de la discusión interna por toda la
militancia política rodriguista.
¿Qué
engendró el PDI?, en primer lugar, la mayoría de las discusiones como
elaboraciones de las bases rodriguistas quedaron fuera, la mayoría de los
rodriguistas más críticos y contradictorios a esa forma inmoral anti ética de
elaboración quedaron fuera ya que el PDI fue estructurado a partir de una
visión economicista del rodriguismo, es decir, del marxismo leninismo, (el
economicismo) en si es una distorsión grosera, descarada, burda y constituye
una desviación ideológica como caricaturesca del marxismo y una visión
reduccionista de ver la política así como la realidad nacional y de la
militancia rodriguista. Pasando a llevar las tesis políticas idolologías de
Marx y por cierto la génesis de la GPN al punto que convirtieron, al marxismo
leninismo en un manual de economía y al comandante Raúl Pellegrín en un aventuralista,
operativista, un sujeto desviado a de la realidad nacional como internacional,
que termina prácticamente solo, al borde del suicidio político, cuando estaba
enterrando en la tierra fértil las bases del rodriguismo, expresado en la GPN,
con la erupción y toma de los cuatro poblados.
Esto
significó que todas esas noches de discusión, elaboración, esas miles de hojas
que plasmaron la visión política de cada militante rodriguista, que luego
dieron vida al PDI, plasmado en un libro, que fue la guinda de la torta para
(Tapia y Ulises), quienes se apartaron de las concepciones políticas
revolucionarias del rodriguismo mismo, transformando esas discusiones en una
suerte de manuales políticos, al estilo estalinista, reformista. Alejados de la
lucha política, de la calle, del territorio dejando al Rodriguismo, al Frente
como una suerte de observador de los hechos políticos, una suerte de sindicato
octogenario, pensando y haciendo vida lejos de la realidad y las bases como de
las masas mismas que dicen representar, oprimidas salvajemente por el
capitalismo fascista neoliberal, mientras hacen circo auto referencial,
celebrando fechas (al estilo capitalista), al mismo estilo cultural (de los
nuevos tiempos), de la burguesía roja, hacen rayados con consignas abstractas,
pintan murales con las imágenes de los comandantes y militantes asesinados por
la Tiranía y la ex concertación, ambos neoliberales, como si fueran fetiches de
la lucha, como una forma de vida, cuando realmente están al margen de la lucha,
la ideología, la cultura, la filosofía, el sentido común que emanan de la lucha
misma del saber y la rebeldía. Apartándose de una concepción revolucionaria
marxista, que lucha por el Socialismo, basado en el humanismo, el respeto entre
los contrarios y como las diferencias entre los mismos, basado en la unidad de
clase para escribir la historia de los pueblos.
Esta visión,
deformada y vulgar de la GPN, o toda “concepción política revolucionaria”, por
parte de esta gente constituye un desprecio ideológico absoluto de clase, del
pensamiento revolucionario marxista. Una traición política a esta concepción
política implica una grave inversión ideológica, no porque implique en el
pensamiento o en términos prácticos el sacar la bandera y marchar con ella,
hacer pública toda forma de organización social como política tanto de la
estructuras como la militancia rodriguista donde está asentada la lucha anti
neoliberal, hacer eventos recordando fechas y caídos mostrando las imágenes de
los iconos del rodriguismo y no te pase nada, es fácil, hasta comprensibles y
accesibles a todos (respecto a la integridad como seguridad de cada militante,
lo cual sería bueno), pero el quitarle sentido revolucionario (lo que dista la
forma, es una cosa, pero cuando de lo que estamos hablando es del fondo, lo
central, lo esencial, lo gravitante, lo estratégico, es grave, porqué altera la
lucha revolucionaria, cambia la génesis del rodriguismo, y distorsiona la
militancia) eso es una quimera barata, porque de fondo los mutila, lo segmenta,
lo fractura y, finalmente, lo termina transformando en algo completamente
inútil para los objetivos políticos revolucionarios, es más cuando estás
pensando en destruir el capitalismo neoliberal, tal cual como está escrito en
el PDI.
En segundo
lugar, el PDI, incurre en el mismo vicio político que dio origen a la crisis
del rodriguismo que vienen de la Política de Rebelión Popular (PRP, luego la
Política de Sublevación de Nacional (SN). No obstante de haber sido concebida
para dar la lucha política anti dictatorial divulgar la rebelión a través del
rodriguismo y a pesar de haber cumplido esa misión política estratégica, en el
plano político-militar, el Rodriguismo paso de ser vanguardia política
revolucionaria a una expresión autorreferencial (una suerte de fin en sí mismo).
Cada hoja que dio vida al PDI, es una distorsión como negación de una realidad histórica.
En esto
existe un rígido escalafón entre "el que manejaba información" y
"el que no manejaba información", “entre quienes están ligados a las
altas estructuras de la dirección, de quienes no”. De esto se han valido los
desvaídos, los convertidos (Topos), los pequeños burgueses, también fue la
herramienta de la que se valió Tapia y Ulises, más tarde, fue esencialmente el “amiguismo,
el control financiero, la relación entre jefes que permitía obtener
información, la represión ideológica, la falta de conocimiento político
ideológico de la militancia, y el vulgar parejismo entre militantes claves”.
Muchas veces me tocó presenciar o vivir ese comportamiento anti revolucionario
contra muchos militantes que se destacaban en la pluma de forma embrionaria
(represión ideológica), fue lo que vivió el comandante Ramiro, es decir, en el
aspecto que era poco conocido por la izquierda regional latinoamericana, a
pesar de ser un consecuente rodriguista y un revolucionario ejemplar, era
marginado y no fue protegido, Tapia y Ulises, volaba avivadamente por las altas
cumbres de "la academia", gracias a la usencia de cuadros (yaqué
muchos fueron asesinados, o tuvieron que pasar a la clandestinidad) su condición
hábil en el control y zigzagueo inconsecuente político en términos de clase y por
cierto los “contactos”, de aquel que camina lentamente por el sendero ideológico
(práctico) del pensamiento, o del sentido social y dialectico que da vida y la
lucha, PERO ese humilde Rodriguista viene y es parte de un territorio, este
Rodriguista humilde no venía de la academia roja desviada. Esa es la gran
diferencia revolucionaria, lo que solo significó y significa que el PDI, como
se llame hoy en día, pero sigue siendo un manual que a través del cual el dios,
el gurú, el versado lo "transmite" al militante que pisa el suelo del
territorio, al poco letrado, el duro de mollera, el que no recibió los dictados
de la academia del saber. Este lo adoctrina entregándole las “herramientas del
sistema”, en vez de nivelar, en vez de ser un verdadero marxista, una
revolucionario que socializa el método, el saber para ir disminuyendo y
tendiendo a terminar con las “jerarquías culturales”, de la academia, estas concepciones
políticas mecanicistas terminan reproduciendo formas anti revolucionarias anti
dialécticas que alejan al sujeto social para ser remplazado por uno obediente,
silencioso y domesticado “militante”, por el “versado”.
En esto
recuerdo comentarios de la década de los 90s, de muchos “jefes”, ligados al
PCCH., cuando te decían que en Colombia, los guerrilleros ya no necesitaban
jefes chilenos, ahora solo aceptaban combatientes, eso ocurrió en centro
América, cuando llegaban combatientes formados en la academia política militar,
y asumían responsabilidades de jefes (esto permitió que elementos infiltrados,
TOPOS, asumieran roles de dirección rápidamente en algunos países, luego llegan
a Chile), de hecho, en África pasó lo mismo (hay algunas características
históricas, como triviales o caciquismo ), con esto no estoy diciendo nada que
niegue lo contrario, a estos ejemplos yo los veo en el plano dialectico, ya que
el Frente sufrió de lo mismo, cada vez que un combatiente tenía problemas de
seguridad, o era trasladado de un territorio a otro, los trasladaos quedaban
como jefes produciéndose un choque cultural que se reflejaba en el plano
personal repercutiendo en las estructuras de la organización y en pérdida de fuerza.
Al negar la
idea colectiva por la del “versado, el gurú” al negar la respuesta colectiva
honesta y al presentar "cocinadas" las respuestas políticas ante una
crisis, previamente elaboradas por los “versados” o responsables de la cartilla
sin la participación activa del sujeto que lee, estudia, que es un auto
didacta, la cartilla solo reproduce entonces esa jerarquía implícita. La idea
colectiva del sujeto social, debe aceptar que lo conduzcan al macelo de la
manipulación y la estupidez política ideológica, la idea colectiva deberá
seguir ciegamente, sin oposición, pasivo hacia la revelación del “gurú”. El
cual ya tiene determinada la respuesta, “del que hacer y lo que no se debe
hacer”, transformando la militancia en un círculo cerrado de antemano, con la
cartilla “aprobada por todos”, pero de fondo por el versado, el cual te dirige
hacia lo resuelto, la “concepción política revolucionaria basada en el
rodriguismo”, hecho carne en el versado, la cartilla nos resguarda de todo y
soluciona todo, con ella inculcan a la militancia hacia todas las respuestas
pre elaboradas, con la cartilla se cierran todas las puertas y ventanas
constituyéndose en un pensamiento político clausurado, fieramente defendido y
lacrado, pero de forma circular, solo queda repetirla, memorizarla y seguirla.
Esta
concepción política que dio vida al PDI, solo fue un distorsionador del
Rodriguismo, te hacen creer que avanzas cuando están estancados, de hecho
después de aplicar esa visión pequeño burguesa el Rodriguismo se ha fracturado
y atomizado en un gran número de expresiones políticas, y en algunos casos
claros y contundentes (existe trabajo de inteligencia del Estado hacia el
Rodriguismo, pues eso está claro, lo bueno de esto es que están todos
individualizados y perfectamente encasillados en un organigrama de la vergüenza
y la traición, del cual la historia y el pueblo se harán carago), pero en
esencia todas esas formas de respuestas a la crisis surgen con nombre o
apellidos, con forma de estructura, pero son autorreferenciales y tienen el
bicho de la crisis en su sangre que se traspasa de uno a uno, es decir, es
endémica, lo que sí se puede destacar que todas esas experiencias, para bien o
mal, son pedagógicas (solo eso se rescata), pero lo que es más bien raro, son
sólo de repaso o de "aplicación de las definiciones aprendidas"
hechas por los “versados”, “ su pedagogía” es una “pedagogía” de la repetición,
no de la pregunta constante y sincera, “su pedagogía que parte y termina con
respuestas preconcebidas anti colectivas, anti dialéctica, en lugar de
presentar la crisis tal cual como es, develar las verdades y colocar las
preguntas como interrogantes en la mesa común para que hasta el más humilde
rodriguista pregunte y pregunte, tal cual como lo hiciera el comandante
Rodrigo, previo en las elaboraciones que dieron vida a la GPN. Ahora si surgen
preguntas, porque van a haber, deberá surgir de la verdad, la honestidad, la
hermandad, y no del misticismo vulgar que encubre la pregunta.
De La
Editorial de la Garrapata en WEBs
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