Boletín Electrónico de la Garrapata en la
WEBs:
Por: Níkolas
Friedmann
En carta al Libertador,
“la gente media es el peor de los cuatro enemigos que necesitamos combatir.
Ella es torpe, vil, sin valor, sin educación, caprichosisima (sic), y llena de
pillería más negra. De todo quieren hacer comercio: en todo han de encontrar un
logro inmediato; y si no a Dios promesas, a Dios fe; nada hay seguro en su
poder, nada secreto (…) la Nobleza es tan inútil y mala, como el estado medio”
(Carta de Manuel Rodríguez a San Martin. 25-3-1817).
Solo una breve reflexión, existen dos figuras
extraordinarias como emblemáticas en Chile, Manuel Rodríguez y Raúl Pellegrín,
el primero, uno de nuestros padres de la Patria, fue el primer detenido desaparecido
de Chile en “República”, eje esencial en la lucha por la emancipación de Chile,
cumpliendo unas de las tareas más importantes en la guerra en sí que fue la de
dislocar las fuerza ocupantes al dividir en dos, con el consiguiente
debilitamiento de las fuerzas de ocupación, lo que permitió el ingreso desde
allende los andes del ejército Libertador. Y al conformar el Batallón Húsares
de la Muerte da un paso superior en todos los términos políticos como
militares, fue una acción adelantada, fue un comportamiento marxista al
entender que las contradicciones en la lucha de clases (patriotas versus
imperialistas), las resuelve el pueblo en armas, por esto el paso estratégico
realizado por el Coronel Rodríguez de incorporar al pueblo a las labores técnicas
del quehacer militar, esto sin duda alguna implicó la decisión de la oligarquía
incipiente de dar muerte al héroe popular.
El coronel Rodríguez cumple valiosas misiones estratégicas
para debilitar las fuerzas imperiales, esta fuerza es estratégica ya que era la
base, en los planes de la liberación latinoamericana, es una de las piezas
claves para crear la plataforma del ejército libertador que llegara al Cuzco y
se unirá con Simón Bolívar que llegaba triunfante al Perú. Esta fuerza militar
fue conformada con elementos del pueblo, siendo la base o el germen como fuerza
motriz de los cambios del pueblo en armas en términos de clase. Esto como dato
histórico, según entendidos como Norberto Galasso, argumenta en su gran
biografía sobre San Martín, que Manuel Rodríguez “no es sólo agitador y
guerrillero, sino que sustenta una profunda cultura política nutrida de
estudios diversos, entre ellos filosofía y derecho (…) asume una posición
revolucionaria sin vacilaciones y resulta una de las figuras fundamentales de
la revolución hispanoamericana”.
De este comentario podemos concluir el por qué del
ocultamiento de la figura del Coronel Rodríguez por parte de la historiografía
derechista, pero en la base social y popular del pueblo, hoy en día de los
pueblos, hoy se levantan, se organizan y luchan día a día contra la oligarquía
y el imperialismo fascista yanky por la liberación y la independencia, la
figura del guerrillero que entregó su vida por la emancipación de Chile, quien
entrega un aporte a la emancipación continental de los pueblos
latinoamericanos.
Raúl Pellegrín detenido y ejecutado político en Tiranía,
inicia sus pasos en la lucha por la emancipación de los pueblos en Cuba,
ingresa a las filas de la resistencia nicaragüense, como una figura consecuente
e internacionalista, al triunfo de la revolución sandinista ingresa a Chile y
se incorpora de inmediato a la resistencia anti pinochetista en la organización
del FPMR, a poco andar como lo señala siglos atrás el Coronel Rodríguez en la
carta enviada a San Martin, refiriéndose a la mal llamada clase media, sino
capas medias, de hecho la caracterización política que realiza Rodríguez es
clarísima como acertada se refiere a ellos como gente media y los define como
la peor fuerza a combatir por su carácter zigzagueante, traidora, mercenaria,
el Comandante Pellegrín se topa con estos mismos elementos pequeños burgueses
en las filas del partido Comunista, la burguesía roja, que hoy gobierna con
unas de las fracciones de la oligarquía, la Nueva Mayoría, la consecuencia y
humildad del comandante rodriguista lo llevan a romper con el reformismo
entreguista, lo que significaría su persecución, traición y muerte del
comandante por el “odio parido que le tienen a los rodriguistas”, (Víctor Díaz
Caro), el reformismo comunista, esto queda muy claro en la carta del Comandante
José Miguel que escribe, refiriéndose al zigzagueo, la manipulación, el
descriterio, la falta de metodologías en el desarrollo de construcción fuerza y
el trato liviano, nada serio, poco riguroso dirigidos a los cuadros que no es
otra cosa que ejercer presión indebida sobre los subordinados, dejar
abandonados a los cuadros que no se subordinan a los “lineamientos” del
partido, la represión ideológica, el ingreso de hijos, sobrinos al mando de la
organización para controlarla, lo que sínica la peor deformación militar que es
caer en el amiguismo para controlar el mando del frente, la traición, y la
forma como el reformismo contemplaba el “trabajo” militar, “… Las soluciones
que se están adoptando implican que el Partido hace abandono del trabajo
militar. Creo que existen responsabilidades personales que la historia del
movimiento revolucionario en Chile no podrá olvidar. Formado como comunista,
como oficial del partido de Recabarren, asumo la mía, con transparencia, con
modestia y con dignidad. Opino que si se ponen jefes militares que la base no
respeta, los militantes del Frente no se subordinan a ellos, y esta
subordinación es esencial en una fuerza militar, quien crea que en una fuerza
armada las cosas se arreglan entre amigos quiere decir que no tiene una remota
idea de lo que es una fuerza militar ni menos una fuerza capaz de hacer cambios
revolucionarios. Para que esta fuerza sea revolucionaria tiene que haber cariño
por los mandos, confianza en su capacidad de dirección, en su prestigio
demostrado en los hechos…”, (Raúl Pellegrín).
Lo que el tiempo los separara, la traición a la mala, la
historia y el pueblo los uniría, ambas figuras cruciales e históricas
esencialmente en el plano de la consecuencia revolucionaria y en la
organización popular, pero a la vez las dos figuras caen en manos de sus
enemigos de clase traicionados por sus cercanos, el Coronel Rodríguez y el
Comándate José Miguel, rechazaron abiertamente la conciliación de clase,
Rodríguez al entender que los hijos de españoles seguían ejerciendo el poder
político económico y militar en Chile después de vencer al gobierno imperial, el
Comandante José Miguel, entendiendo lo mismo rompe con el entreguismo
reformista ya que la institucionalidad neoliberal pinochetista no iba a cambiar
una coma su estructura hegemónica de clase, seria en manos de la Concertación,
hoy Nueva Mayoría, más valiosa para la oligarquía que para las fuerzas
pinochetistas en retirada, pero enormemente perjudicial para el pueblo ya que
seguirían administrando todas las leyes del pinochetismo.
Al romper con el Partido Comunista, que ya en ese entonces
estaba llamando a votar a favor de Patricio Aylwin (lo hegemónico), principal
mentor del golpe político, empresarial y militar contra todos los pueblos, el
Comandante José Miguel se transforma en el enemigo principal del reformismo, de
la oligarquía y el imperialismo.
Ambos cumplieron labores y misiones en el ámbito del trabajo
clandestino, durante los periodos de lucha, uno en la Reconquista y el segundo
en la tiranía oligárquica pinochetista. En múltiples ocasiones ambos cruzaron
la cordillera de los Andes para cumplir labores políticas orgánicas, como
conspirativas preparando el terreno para la victoria, organizando la ofensiva
del Ejército Libertador, del Ejército Popular Rodriguista, ambos recorrieron
gran parte del país para crear las bases de las fuerzas guerrilleras que se
contemplaban en los planes estratégicos de la independencia verdadera, llegaron a ser los
dos los hombres más buscados cada uno en sus tiempos, su vidas guerrilleras
están plasmadas de hechos de lucha, consecuencia, de organización como de
aventuras en las que aparecen burlando a sus perseguidores una y otra vez, de
noche escabulléndose por entre decenas de soldados talaveras o soldados
pinochetistas.
Otra cosa trágica, que ninguno de los asesinos del Coronel
Rodríguez como del Comandante José Miguel fueron castigados, solo estuvieron un
corto tiempo en prisión, hasta en sus muertes, muerte a la mala los une, como
una tragedia griega, pero es la chilena, la soledad, el estar solo frente a tus
enemigos, que ayer fueron amigos, que combatieron bajo las misma bandera de la libertad,
de la justicia social, de la dignidad. La impunidad que cubre a estos patriotas
como revolucionarios aún está vigente, como el hambre, que sufren los pobres,
como el frio que atraviesa los muros de las casas de muchos chilenos, como la
humillación que sufren los trabajadores frente a los patrones cada vez que les
da una orden.
Por esto es vergonzoso como muchos desertores, convertidos al capitalismo, inmorales, trepadores, cobardes, mitómanos y traidores, usen las figuras de estos revolucionarios patriotas, patriotas que hacían temblar a sus enemigos con solo escucharlos nombrar, patriotas con una voluntad moral, con una consecuencia ética que marcan a pueblos y naciones enteras, ahora qué alejado se encuentra el tiempo en que ser rodriguista era ser consecuente, ser un revolucionario, ¿Dónde quedaron?, esos días de fraternidad entre hermanos de clase y lucha generosa, llena de humanismo socialista, militante, ¿En qué quedo?, ese mundo de rebeldía que nos hacían soñar con el hombre nuevo, ¿Dónde quedaron?, los nombres de aquellos que hoy no se encuentran, ¿Quién grita?, en la montañas sus nombres, como grito de guerra, ¿Donde quedaron?, los nombres que prometimos jamás olvidar.
De La
Editorial de la Garrapata en WEBs
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